lunes, 13 de junio de 2016

MI HOMENAJE A PEDRO RIVERO MERCADO


PEDRO RIVERO MERCADO (1931-2016)

Santa Cruz y Bolivia han perdido a uno de sus ciudadanos más importantes, cuya extraordinaria obra periodística, cultural, institucional y filantrópica domina la segunda mitad del Siglo XX, y primera década de este siglo. Tuve la suerte de conocerlo personalmente y a través su amplia y polifacética obra periodística y cultural, aprendí a seguirlo y a admirarlo. El 2010 redacté su reseña para la Enciclopedia del Oriente Boliviano, la cual transcribo íntegra, como expresión de mi admiración por Don Pedro, quien como cruceño, como intelectual, como periodista y principalmente, como persona, ejemplifica la calidad humana y profesional a la que todos debiéramos aspirar. Mis más sentidas condolencias a su apreciada familia y mi más sincero agradecimiento y reconocimiento a su enorme obra y legado.

RIVERO MERCADO, Pedro. Biog. (Santa Cruz de la Sierra, 19 de octubre de 1931- ) Abogado, periodista, novelista, poeta, diplomático y filántropo. Bachiller del Colegio Nacional Florida, se formó como Abogado en la UAGRM. Su aficción por el periodismo empezó siendo estudiante de secundaria, publicando el periódico El Tijeretazo y distribuyendo por su cuenta los 200 ejemplares que editaba. En febrero de 1965 reinicia la publicación del periódico El Deber, que en la década anterior había fundado Lucas Saucedo Sevilla y que el gobierno del MNR había forzado a cerrar. Como Director propuso una línea editorial comprometida objetivamente con Santa Cruz, y en los años siguientes convirtió al hasta entonces interdiario en matutino cotidiano, logrando superar las dificultades que motivaron el cierre de la mayor parte de los periódicos cruceños en la década de 1970. A partir de 1990 comenzó a distribuirse en las capitales departamentales, y gracias a una serie de reformas administrativas y una estrategia noticiosa amplia y diversificada, se ha consolidado. Con visión y entrega logró convertirlo en los años ´90 en el diario de mayor tiraje y circulación nacional. En 1996 inauguró una nueva sede, coincidente con la ampliación de su oferta informativa (nunca baja de las 80 páginas y los domingos supera las 140 páginas) y su creciente involucramiento en la actividad cultural y filantrópica. Fue Embajador de Bolivia ante la Unesco, en París, realizando una notable gestión promoviendo la cultura boliviana, especialmente la del oriente. El impacto de su opinión, expresada regularmente desde sus editoriales del ahora llamado “Diario Mayor” El Deber, es un referente regional que se mantiene vigente desde hace más de medio siglo. Su producción bibliográfica es extensa, tanto en poseía como en novela. En poseía se destacan Las cien mejores poesías de Gustavo Adolfo Vaca (1984), Las Bienandanzas de un Quijote Cruceño, Las tres perfectas solteras, Pataperreando, Por Hacer macanas y Las Palomas contras las escopetas. Entre sus novelas se destaca Los gorriones del barrio (1999) que ha sido traducido al francés, Que Dios lo tenga donde no estorbe (2003), Empate a tres (2005), Don Quijote de la Guardia (2008), Retrato de un canalla (2008) y Dos mujeres (2009). Como reconocimiento a su aporte intelectual y su labor filantrópica, le han merecido diferentes distinciones y reconocimientos. El Deber mereció la distinción del “Cóndor de los Andes” gracias a una línea periodística que depende de su dirección y compromiso. VHLO

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