TRES DESAFÍOS PARA EL
SANTA CRUZ DE MAÑANA
Victor Hugo Limpias
Ortiz
El desarrollo cruceño presenta varias condiciones favorables:
la posición geográfica, en el corazón sudamericano; su historia, marcada por un
origen fronterizo que genera una vocación emprendedora; su sentido de
convergencia, que atrae desde hace medio siglo a los compatriotas que buscan
cumplir sus sueños; y un presente en el cual se reconoce el impacto positivo de esas tres condiciones
previamente mencionadas. Todo ello, a pesar de ser parte de un país que no
logra superar tres de sus principales “tradiciones” bloqueadoras de una
modernización efectiva: la extractiva, la sobre-terciarista y la sobre-mitificadora.
Siendo la región donde esas tres “tradiciones antimodernas”
son sólo compartidas por minorías (curiosamente, en los dos extremos de la
pirámide socioeconómica) debería esforzarse en transformar su vocación
emprendedora en “innovadora”, trascendiendo su actual capacidad exportadora
predominantemente extractiva, aprovechando los recursos humanos que alimentan
esa condición de convergencia que abarca las regiones fronterizas, hacia el
desarrollo del conocimiento y la innovación postindustrial. Las condiciones
básicas institucionales, infraestructurales y de vinculación global están
montadas para canalizar ese cambio, fundamental para no perder terreno en la
década siguiente.
La segunda tradición se sostiene en discursos demagógicos de
corte social, sindical o público institucional (estatal, departamental,
municipal) que promueven esa sobre-terciarización improductiva que tiene en la
extorsión tramitadora, el abuso del poder político y el chantaje disfrazado de demanda
social, a sus frentes más activos. Ella debe ser identificada en todas sus
facetas y procesos, para que puedan ser neutralizados o minimizados. Santa Cruz
tiene las condiciones sociales (menor pobreza relativa), institucionales (articulación)
e intelectuales (instrucción, alfabetismo y población estudiantil) para desincentivar
el incremento irresponsable de instrumentos promotores de esa triste tradición,
que no tiene nada que ver con la terciarización productiva.
La tradición sobre-mitificadora de la realidad, que ignora
indicadores objetivos, que distorsiona la realidad en la perversión ideológica
de “el fin justifica los medios”, y que enfrenta el pasado, el presente y el
futuro a partir de medias-verdades (que son, lógicamente, falsedades) debe seguir
siendo atacada por los sectores directamente involucrados en promover el
desarrollo cruceño. La protección oficial y para-oficial de comprensiones
sesgadas de la realidad, que en algunos casos, atacan directamente la
racionalidad objetiva que ha marcado y orienta a los sectores productivos e
intelectuales cruceños desde hace más de un siglo (Memorándum de 1904, Plan Bohan, Comité de
Obras Públicas, Expocruz, Autonomías, etc.), es frágil y neutralizable. Para
ello, Santa Cruz debe fortalecer los mecanismos privados (redes y encuentros
sociales e institucionales) de concienciación, mientras se continúa trabajando
y actuando en base a esa racionalidad productiva y social, que define la visión
y accionar cruceños en pro de un desarrollo integral de la sociedad.
Santa Cruz de la Sierra, Septiembre 24 de 2015